Netanyahu no aceptará ningún acuerdo de alto el fuego porque su futuro político depende de mantener viva la guerra. El primer ministro enfrenta una sociedad cada vez más dividida y procesos judiciales por corrupción que amenazan su permanencia en el poder. Su apuesta, como tantas veces en la historia del sionismo, es instrumentalizar la sangre palestina para aferrarse al cargo y manipular a la opinión pública israelí bajo el pretexto de la “seguridad nacional”.
Mientras las familias palestinas entierran a sus hijos bajo los escombros de Gaza, Israel dilata cualquier negociación y plantea únicamente escenarios de más ofensiva. El cálculo político de Netanyahu es frío y cínico: cada día de bombardeo retrasa su caída, cada tanque que entra en Gaza es utilizado como cortina de humo frente a su crisis interna.
La UPAL reafirma que no habrá paz mientras Israel siga subordinando el derecho internacional a los intereses personales de un líder acorralado. La comunidad internacional debe dejar de esperar un gesto de buena fe del gobierno israelí: Netanyahu no busca acuerdos, busca sobrevivir políticamente a costa del sufrimiento de Palestina.
Hoy más que nunca reiteramos nuestro llamado a las comunidades palestinas en la diáspora y a los pueblos de América Latina a redoblar la solidaridad activa. La única salida es la presión internacional sostenida y la unidad de nuestro pueblo frente a un régimen que se alimenta de la guerra para perpetuarse.
Fuente: Editorial de la Unión Palestina de América Latina - UPAL.
19:36 - 2025/09/09
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